¿Qué son “directivos de alquiler”?
Utilizar personal externo en lugar de la tradicional plantilla en nómina es ya práctica habitual. Pero los sistemas pueden ser muy variados. Desde las ETT para realizar trabajos puntuales hasta la consultora para ayudar a decidir estrategias o asesorar con conocimientos que la empresa no tiene.
Ambos llenan vacíos, uno de horas de trabajo y otro de falta de conocimiento. Sin embargo, el “directivo de alquiler” (expresión poco afortunada), cubre una parcela cada vez más necesaria pero difícil de aceptar o asumir por muchas empresas.
Poner en marcha un nuevo proyecto o implementar un cambio son labores difíciles para las cuales las empresas probablemente no disponen de personal con este perfil.
No debe reunir las mismas características el directivo que tiene que abrir sucursales de una empresa que el que posteriormente las controlará. No es lo mismo hacer una fábrica nueva que dirigirla a posteriori. El “directivo de alquiler” va más allá del consultor, es de la plantilla, tiene poderes y capacidad de decisión.
En el mundo de la empresa, ciertas decisiones estratégicas requieren de la incorporación de capacidades directivas externas por diversos motivos. Los más generales son la falta de experiencia y/o tiempo entre el equipo directivo interno en proyectos de transformación, y por otro lado, la necesidad de realizar recortes drásticos en plantilla. Precisamente en dichas situaciones es dónde los directivos de alquiler, son la solución más eficaz y al mismo tiempo más eficiente a la que la empresa puede recurrir.
Cabe mencionar, sin embargo, que en la mayoría de casos el principal reto no es sólo asegurar la consecución de los objetivos a corto plazo, sino también garantizar que el conocimiento aportado y generado permanezca en la empresa.
En España, se aprecia una tendencia creciente hacia la contratación, o mejor dicho, una externalización de ciertas habilidades directivas en situaciones puntuales de cambio en la empresa. Quisiera puntualizar que estos servicios están siendo ofrecidos desde hace algún tiempo por diversas empresas de consultoría estratégica presentes en nuestro país.
Ambos llenan vacíos, uno de horas de trabajo y otro de falta de conocimiento. Sin embargo, el “directivo de alquiler” (expresión poco afortunada), cubre una parcela cada vez más necesaria pero difícil de aceptar o asumir por muchas empresas.
Poner en marcha un nuevo proyecto o implementar un cambio son labores difíciles para las cuales las empresas probablemente no disponen de personal con este perfil.
No debe reunir las mismas características el directivo que tiene que abrir sucursales de una empresa que el que posteriormente las controlará. No es lo mismo hacer una fábrica nueva que dirigirla a posteriori. El “directivo de alquiler” va más allá del consultor, es de la plantilla, tiene poderes y capacidad de decisión.
En el mundo de la empresa, ciertas decisiones estratégicas requieren de la incorporación de capacidades directivas externas por diversos motivos. Los más generales son la falta de experiencia y/o tiempo entre el equipo directivo interno en proyectos de transformación, y por otro lado, la necesidad de realizar recortes drásticos en plantilla. Precisamente en dichas situaciones es dónde los directivos de alquiler, son la solución más eficaz y al mismo tiempo más eficiente a la que la empresa puede recurrir.
Cabe mencionar, sin embargo, que en la mayoría de casos el principal reto no es sólo asegurar la consecución de los objetivos a corto plazo, sino también garantizar que el conocimiento aportado y generado permanezca en la empresa.
En España, se aprecia una tendencia creciente hacia la contratación, o mejor dicho, una externalización de ciertas habilidades directivas en situaciones puntuales de cambio en la empresa. Quisiera puntualizar que estos servicios están siendo ofrecidos desde hace algún tiempo por diversas empresas de consultoría estratégica presentes en nuestro país.
